[:es]“Inside out”, llamada en España “Del revés” ha supuesto un hito en la divulgación entre el gran público de los últimos avances en la investigación del terreno de las emociones.
Por si fuera poco esta película nos trajo un tema inaudito en lo que se supone que es un producto dirigido al público infantil – Una reflexión sobre el mito y el dogma de la felicidad –

La felicidad es un mito porque es un estado difícil de definir y se podría decir que imposible de conseguir (al menos en este plano de existencia), podemos sentir momentos de alegría, sin embargo una felicidad sostenida en el tiempo, un estado beatífico en el que no existe la perturbación y el dolor… Eso es otra historia. Y tal vez solo a través de una vida dedicada a encontrar la paz sea posible alcanzarlo.

Las cosas son muy distintas para las personas que vivimos en sociedades postmodernas, que sufrimos el trabajo o peor aún, el paro, que intentamos tolerar las relaciones con otros seres humanos o peor aún, la soledad. No es previsible que, entre tanto ruido, alcancemos la paz de espíritu y el desapego que requiere esta felicidad mítica que hemos construido como una especie de paraíso perdido al que presuntamente debemos retornar.

Además de este carácter mítico la felicidad también se ha convertido en un dogma de nuestras sociedades, Desesperados ante el declive de los grandes valores tradicionales y huérfanos al encontrarnos sin sustitutos adecuados. Hemos elevado la felicidad al altar de aquello que todos buscamos, que todos DEBEMOS buscar.

Es en ese sentido en el que la película muestra toda su agudeza, el personaje de alegría no es más que un reflejo de una tendencia social que proscribe la tristeza, las personas cada vez toleran menos la tristeza en sí mismas o en los demás.

Y sin embargo nos encontramos en un momento en el que mucha gente se está sintiendo triste,  los índices de depresión y conductas suicidas están más altos que nunca, podemos inferir que debido a los estragos de la crisis económica mundial.

Es perverso este sistema, obliga al individuo a ser feliz mientras le hunde en el pozo de la depresión.

Así, está película, al admitir la importancia de la tristeza y darle su lugar en la vida emocional de la niña, enseña una valiosa lección, acerca de esa cosa de la que los gobiernos hablan tanto y predican tan poco a la hora de crear las leyes de educación. La inteligencia emocional.

La paradoja es que si nos permitimos estar tristes cuando corresponde, si somos auténticos, en definitiva, si rechazamos el dogma y el mito de la felicidad, entonces conseguiremos ser más felices.[:]