OBSESIONES Y RUMIACIONES

Las obsesiones son ideas, pensamientos, imágenes o impulsos persistentes que al menos inicialmente se viven como invasoras al irrumpir en la cabeza de la persona. Suelen ser desagradables y la persona suele intentar resistirse o neutralizarlas. A menudo, las obsesiones van acompañadas de conductas o acciones mentales, sujetas a reglas, orientadas a disminuir el malestar que siente la persona, llamadas compulsiones.

¿Te has sentido así en las últimas semanas?

1) Tiendo a obsesionarme con algunos temas, y estoy durante días dándoles vueltas sin poder parar

2) Tiendo a obsesionarme con algunos temas, y estoy durante días dándoles vueltas sin poder parar

3) Mi pareja dice que soy una persona demasiado ordenada/ limpia y que me altera muchísimo ver suciedad/ desorden, me provoca mucha angustia

4) A veces siento que tengo que hacer algo para calmar una idea que irrumpe en mi mente, como un ritual, y después me quedo más tranquilo

5) A veces dudo tanto sobre algo que tengo que comprobarlo varias veces porque si no me genera angustia equivocarme

6) Vivo con mucha angustia porque si no cumplo a raja tabla con unas reglas que tengo, sé que algo malo le va a pasar a alguien y sería mi culpa

7) Cuando me intereso por algo nuevo, me meto de lleno, hasta el final, me paso meses profundizando como si fuera lo único

8) Cuando tengo un problema soy incapaz de desconectar, me paso horas dándole vueltas, imaginando conversaciones, escenarios, situaciones…

9) No consigo olvidarme de algo que pasó hace algún tiempo, aunque intente no pensar en ello me viene a la cabeza

10) Estoy agotado y frustrado, intento por todos los medios de dejar de pensar en una idea pero es imposible

¿Por qué acudir a la consulta?

Las intrusiones de pensamiento producen alteraciones del estado de ánimo, generalmente porque su carga negativa implica responsabilidad sobre perjuicios o daños a uno mismo o a los demás. La persona siente la necesidad de controlar sus pensamientos, siendo incapaz de deja de pensar en ello lo que genera mucha frustración y cansancio mental. Actitudes perfeccionistas, poca tolerancia a la incertidumbre o una fuerte carga moral de los pensamientos, generan más malestar a la persona.

Cuando constituye un trastorno obsesivo compulsivo, éste se inicia prototípicamente durante la adolescencia y si no se trata su curso es habitualmente crónico. Las tasas de remisión son bajas en adultos (en torno al 20%), mientras que si se interviene precozmente, más del 40% de los casos remiten durante la propia juventud.

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